Ya conoces la ganadería sustentable? Si la respuesta es no acá te contamos un poco sobre ella: este tipo de ganadería promueve alternativas que mejoran la productividad mientras se conserva el medio ambiente, es más económica a largo plazo y luego de su implementación ayuda a afrontar los largos periodos de sequía. Se fundamenta en que las tierras de pastoreo cuenten con más variedad de plantas adaptadas al entorno, tanto leguminosas, árboles, herbáceas, pastos y arbustos forrajeros esto hace que la tierra tenga una mejor resistencia a las perturbaciones del medio ambiente y permite estabilizar la productividad.
En la ganadería extensiva basada en monocultivos de pastos no se tiene organizado eficientemente el funcionamiento del pastoreo, los potreros sin sombra y con uso desmesurado de agroquímicos son prácticas que contribuyen, entre otras cosas, a la obtención de márgenes de utilidad mínimos, ya que son sistemas más frágiles y sensibles al efecto de plagas y fenómenos climatológicos adversos.
Por eso la implementación de leguminosas forrajeras se considera clave de la ganadería sostenible, provee un mejor balance nutricional en la dieta del ganado, propiciando ganancia de peso y aumento en la producción de leche. En los terrenos de pastoreo aumenta el almacenamiento de nitrógeno y carbono, transformándolos en sumideros de carbono, mitigando las emisiones de CO2.
Con la aplicación de ajustes en los modelos productivos se puede frenar el deterioro del capital natural y las pérdidas económicas que esto significa para los ganaderos, terminando por fin con el ciclo: menor productividad – mayor magnitud en la utilización de químicos- mayor deterioro ambiental.